lunes, 29 de noviembre de 2021

Emociones Eternas

Puede que así como tratas a otras personas cuando cometen errores, es como te tratas a ti cuando tú los cometes. Así como puedes tratar bien a otras personas, puedes tratarte a ti misma. 
– A.R.A

Todo el tiempo me colgaron de responsabilidades que no me preguntaron si quería realmente ser partícipe de ello... Entiendo que querían enseñarme el concepto de responsabilidad ante tus decisiones, tener como la palabra de por medio como seguridad; sin importa qué tanto no quisieras estar ahí, o si tu cabeza había cambiado de parecer.


Lo entendía de forma muy retorcida, porque creía que no podía cometer errores, o que no podía arrepentirme de absolutamente nada, de querer dar un paso para atrás y ser acribillada por ello. ¿Suena algo exagerado y dramático? Sí, pero así lo sentía de niña. 

Muchos años estuve así, y quienes vivieron cerca de mí seria una paradoja pensar lo anterior porque "sacaba muy buenas notas", "era muy aplicada", "siempre quería tener una calificación excelente"... Pero esto no es sinónimo de que me guste, esto representaba para mí hacer BIEN LAS COSAS una sola vez, y no tener que repartirlas, o reprobar para volver a tener que pasar por ese camino que no quería. 


Mi capacidad estratégica se fortaleció, mi exceso perfeccionismo me llegó a ahogar muchas veces sobre todo en el orgullo de no permitir tener una calificación mínima a un nueve... Escuché en una canción:  "Me ahogaba en mi propio vaso de agua aunque sabía nadar", y algo así me sucedía. 

Cometer un error era un temor real... Y esto era igual a tenerle miedo a vivir, porque nos enseñan únicamente que si no alcanzas esas felicidad eterna, no serás nada en esta vida, que fracasaste, que si no encontraste la fórmula te meterán en el hoyo en el que todos están de la mediocridad, la infelicidad, como si eso también fuera eterno. El día que alcancé un nivel de felicidad, éxito y bienestar... Tuve tanto miedo de volver a caer, que el intento de quitarme la vida era la mejor forma de hacer eterna esa emoción. 


Hablamos de la complicada construcción de la confianza, pero nos enseñan a que en el primer indicio de traición, o incomodidad, salgas corriendo, destruyas esa gran construcción. Todos nos sentimos jueces y en el derecho de criticar a cada una de las personas que comenten errores... 

– A.R.A

martes, 16 de noviembre de 2021

EL DOLOR AL CRECER

 "El dolor al crecer es equivalente a la satisfacción que te da hacerlo"

– A.R.A

Todo el tiempo había visto que la gente se regala anillos en señal de un compromiso, en señal de un casamiento cercano o simplemente la formalización de una promesa. En un principio... Claro que me emocionaba la idea, el acto, la cuestión romántica, el idealismo y el total descuido de uno, por mantener a la otra persona cueste lo que cueste, incluso si eso conlleva pisotear tu propia dignidad.


Mi psiquiatra me preguntó – ¿Cómo vas a saber cuando ya no te haga bien estar ahí? –... Me quedé callada un momento... y le respondí – Bueno... creo que cuando sienta que hay un desequilibrio emocional en mí –. La respuesta fue demasiado... imprecisa, por lo que volvía a preguntar ella – ¿Y cómo vas a saber que ya te ha desequilibrado? – Volví a guardar silencio un momento... – Cuando mi ansiedad me gane, cuando sepa que lloro sin control porque justo, no tengo el control de la situación, cuando sienta que estoy mendigando amor, cuando sepa que no me siento parte de su vida... – 

Mi psiquiatra guardó silencio un momento, y me dio, – muy bien, entonces hay que estar atentas a cómo te sientes –. 

La sesión terminó, y a decir verdad, no creí que mi respuesta fuera a ser tan precisa. Días después viví ese desequilibrio emocional, lloré, me sentía mal, me enojé, me sentí patética, sentí... que ya no tenía control sobre mí. Le marqué a otra persona, y le dije... – No puedo seguir así, no puedo permitirme desequilibrarme de ésta manera –.


– A.R.A

lunes, 15 de noviembre de 2021

Encontrar cada una su ritmo

El día transcurre sin que los ritmos se acompañen, ¿llegará la hora en que al unísono me resuenen de dónde vengo y hacia qué lugar dirijo mis pasos? 

- Alejandra Pérez Torres


Llegará el día en que mis pasos dejen de ser arrítmicos, ese miedo de sentir estabilidad pero venga un golpe duro en el que me desvanezca... No pueda seguir adelante... Me duela tanto que no quiero ni respirar. 

Pero entonces sucedió, me hice pedazos, me deshice en el suelo, mis ojos cayeron en lágrimas incontrolables, mi corazón sintió el estruendo de decirte adiós, de tener que decir que no puedo seguir así, que no puedo estar a medias, que no puedo vivir un duelo a media muerte. 


Los días transcurrían, en un inicio íbamos al mismo ritmo, pero de un momento a otro empezó a sonar desordenado, comenzamos al unísono y terminamos arrítmicas. 

Te deseo con todo mi corazón en mi vida, pero también me deseo bien con todo mi corazón, y si para ello debo alejarme, lo haré, porque no podré ofrecerte seguridad en mí, porque ni yo la tendré. La valentía de despedirme, de marcar un límite... Duele. Más cuando se tiene a una persona a quien se le ama mucho. 


Solo me toca poder llevarte en mi corazón... Y abrazarte en mi mente. Gracias por todo lo que me enseñaste. 

– A.R.A