sábado, 12 de agosto de 2017

Palabras que penetran.

Palabras taladran mi cabeza, heridas se abren con cada frase y sólo una persona puede salvarme: yo.


Me siento triste. En realidad, vivo con depresión la mayor parte de mi día, vivo... luchando contra ella para que no me detenga del todo en mi vida. 

Me encuentro decepcionada; tanta gente a mi alrededor que no logran llenar expectativas básicas y siento que yo no logro llenar las de nadie, pero en realidad, no estoy muy interesada en ello. 

Mi celular suena cada vez menos, los mensajes se van quedando perdidos en la inmensidad de la web, elimino conversaciones que fui responsable de terminar porque no quise contestar, hay personas que no les interesa ello y me siguen escribiendo. Otras, en cambio, no logran descifrarme, no saben si lo mejor es darme mi espacio o seguirme escribiendo. 

¿Son sentimientos negativos? Probablemente para muchos, la simple idea de quitarme la vida, resulta alarmante, pero me resulta más preocupante ver que a mi alrededor algunas personas se pudren, tal cual lo fue con mis ex, como una fruta que madura y no sirve más. Es como tener un frutero en mi casa y tener que tirar lo que ya no sirve; ya lo hice, ya lo he hecho, algunos se han preocupado, otros se enojan y hay personas que ni se inmutan, personas que consideré importantes. Pero, eso no me decepciona, es como cualquier material que llega a la basura, después de cumplir su cometido, éste se termina tirando, el objetivo de ello, es saber en qué basurero corresponde. ¿Para qué mentir? La mayoría se han ido a los desperdicios no reciclables. 

Honestamente soy muy distraída para contestar mensajes, incluso si fui yo quien inició la conversación. Es algo que me llega a preocupar, ¿se deberá a mi cerebro pequeño? Suena gracioso, pero es un hecho que lo tengo, y esto sólo puede causarme pérdida de la memoria en un corto plazo. Algo así como la película de "Por siempre Alice", pero en versión adolescente. 

Sólo escucho decir que "no me preocupe, seguro no es nada", pero ese "seguro no es nada", resulto ser algo importante en el primer estudio, lo cual sigue derivando a buscarme más pruebas. 

Es impresionante como cada experiencia de tu vida, es la toma de dirección a una transformación, ya sea interna o externa. ¿Qué sucede? Pero es más triste cuando a tus seres más cercanos no les importa, saber que mi exceso de estrés puede llevarme a lo peor, y que aún así haya discusiones, peores de las que mi mente recuerda vagamente. 

Palabras taladran mi cabeza, heridas se abren con cada frase y sólo una persona puede salvarme: yo.

–ARA